jueves, septiembre 28, 2006

Tah-Dah

Scissor Sisters ya se hicieron famosos con su primer álbum, ahora regresan por todo lo alto. Tah-Dah tiene un espíritu esencialmente glam y los artistas se esfuerzan en reivindicar sus influencias con una clara mirada hacia los setenta. Es cierto que el disco anterior tenia un carácter más fresco y divertido pero Tah-Dah es una más que digna evolución. El sonido está muy cuidado, es más homogéneo y serio ¿eso es bueno o es malo? Ni una cosa ni la otra, quizás depende de si te decantas más por unas raíces musicales permanentes y actualizables o si prefieres la frívola escena camp representada por La Prohibida, La Terremoto y estas fieras (muchas de ellas indeseables mediocridades: Dirty Princess, Putilatex, L-Kan...) . Bien, es discutible, en todo caso Scissor Sisters nos demuestran que no es necesario venderse a una imagen icónica de moda que sirve más para clasificar a los artistas y para determinar target groups que para expresar la verdadera identidad artística.
Podía haberme extendido más describiendo, dando argumentos, pero al final, lo bueno, si breve, dos veces bueno. Si es necesario, podemos seguir discutiendo de este tema.

martes, septiembre 19, 2006

Fotos




Estas son fotos que hubiera querido añadir en anteriores posts pero me encontré con problemas para hacerlo. La portada de Tokio Blues, Norwegian Wood y dos zonas claramente diferenciadas del barrio del Raval. Gracias.

TOKIO BLUES Norwegian Wood

Tokio Blues, Norwegian Wood es puro sentimiento. Mientras algunos se empeñan en describir paisajes o salones, Murakami apuesta por escribir, con inteligencia y sensibilidad, sobre las emociones humanas. Amor, desamor, miedo, desesperación, tristeza y esperanza. Todo ello queda retratado en una novela que, pese a estar ambientada en un escenario tan lejano al nuestro, nos habla directamente al corazón. Es pura melancolía, perfecta para leer en noches de otoño o invierno, con lluvia a ser posible. No obstante, no he leído nada tan reconfortante. Fue el libro que me ayudó a sobrellevar la ruptura del pasado invierno.
Las aventuras de Watanabe en el Tokio de los sesenta no son como las de La Isla del tesoro, tampoco son como las de Ráskolnikov en Crimen y castigo. Es decir, Tokio Blues no narra trepidantes acciones absolutamente intrascendentes ni tampoco trata de aleccionarnos moralmente. Lo que hace me parece mucho más interesante: Murakami comparte con sus lectores todo aquello que nosotros sentimos, compartimos pero con lo qué tenemos verdaderas dificultades para expresar. Si existe un discurso objetivo es éste. El autor no nos vende nada, ni juzga, sólo abre su corazón y verbaliza algunas de las cosas más bellas y también más dolorosas que el ser humano es capaz de sentir.
“Cerca de Shibuya olvidaré tu amor y encontraré un nuevo océano…”
¡ah, qué rabia, no me deja subir fotos! lo volveré a intentar, mientrastanto aki keda el texto para mis fieles lectores XD.

martes, septiembre 12, 2006

Raval

Esto lo rescato de un relato que escribí para la facultad hace unos meses; creo que puede ser un buen retrato del barrio del Raval. Es algo largo, si no os interesa el tema... lo siento, nadie esta obligado a leerlo.
Aunque me siento algo voyeur, de vez en cuando me apetece sentarme en el MACBA y fingir que leo o que llamo por teléfono. Los primeros minutos me siento incómodo pero luego, disfruto observando. La última vez, cuando pasé más de media hora me alegré al comprobar que los skaters no son sólo un decorado permanente, casi inhumano de la plaza sino que resultan ser personas de carne y hueso. Si te detienes a mirarlos veras que aparte de hacer piruetas también hablan entre ellos, descansan, fuman, saben como funcionan las grabadoras de vídeo y, tarde o temprano, se van a sus casas. Hay que acudir a la plaza por la tarde avanzada pero cuando todavía hay luz; es el momento de mayor afluencia y, por tanto, el más interesante si uno quiere dejar de sentirse solo. Puedes optar por sentarte en la sucia repisa de delante del museo, con la muchedumbre o, si vas acompañado, quizás es adecuada la terraza de uno de los tres bares que hay a mano izquierda mirando el museo de frente. Gracias a la promoción que se ha hecho de la zona, la Plaça dels Àngels se ha convertido en uno de los centros neurálgicos de Barcelona. Tiene un espíritu joven, cosmopolita, europeo… y es un buen escenario para el trabajo de los coolhunters o de los publicistas ambiciosos y vanguardistas. Este espacio se ubica en el barrio del Raval, antiguo barrio chino. Pocos se atrevían a poner los pies en él en los años ochenta pero ahora, todo ha cambiado. El ayuntamiento no podía permitir que una de las zonas más céntricas estuviera tan degradada y, bajo el lema “ravaleja” y gracias a ciertas reformas urbanísticas ha conseguido que una buena panda de jóvenes modernos, turistas e inmigrantes convivan en paz y armonía, retroalimentándose, de hecho. Tan seductor se ha hecho el barrio que me vi obligado, después de la desgracia, a afincarme en un loft de obra nueva, en la Rambla del Raval, compartiendo finca con paquistaníes y filipinos. La Rambla del Raval es una de las principales reformas urbanísticas que a finales de los noventa dio algo de luz al barrio. El resto, son calles que, aunque maquilladas por algunas tiendas modernas o bares de diseño, siguen siendo estrechas oscuras y malolientes. Pisos antiguos, pequeños, en mal estado, principalmente habitados por inmigrantes o propiedad de especuladores inmobiliarios. La arquitectura es pobre, humilde, nada tiene que ver con el Barrio Gótico ni con la Barcelona modernista. Cada vez más apartadas y marginadas las prostitutas siguen teniendo un espacio en el barrio, cerca de los viejos bares donde marineros, bohemios y artistas de renombre tomaban absenta décadas atrás. La zona sur del barrio carece del glamour de la zona norte, la del MACBA, pero eso se compensa con un ambiente nocturno kitsch, petardo y trasgresor en general, donde no es extraño encontrar a personajes de la talla de Carmen de Mairena u otros freaks queridos. Lo bueno de tener una zona norte y una sur diferenciadas es que hay lugar para diferentes estados de ánimo y pretensiones. El barrio, al final, resulta un microcosmos donde puedo encontrar casi todo lo que se me antoja cuando me encuentro en estado de gracia.

jueves, septiembre 07, 2006

Pet Shop Boys in Barcelona

El concierto que ofrecieron el 5 de setiembre el duo británico en el fórum fue, bajo mi punto de vista, decepcionante. Neil Trennant y Chris Lowe deben estar algo mayores o debieron cobrar "poco" por el concierto así que no se esmeraron mucho. No puedo hacer una crónica en condiciones del evento ya que las cervezas que llevaba encima cuando entré no me permitieron parar una atención periodística. Bueno, sin complicarme mucho la vida y abandonando un poco mi vena literaria, diría que el directo fue algo aburrido y monótono, sin más descripción. No debía tener la mayor trascendencia para los artistas (se trataba de un concierto Movistar, no hará falta que recuerde los artistas que han participado en tales organizaciones...). No obstante, la selección de temas fue bastante acertada. No olvidemos que los Pet Shop Boys venían a presentar su último trabajo, Fundamental (absolutamente aconsejable) y que, además, revisaron los éxitos de toda su carrera. De todas formas fue una noche divertida. Bien, en todo caso, enseguida pondré un link al blog de Jarvis que seguro que hace una crónica bastante más completa que la mía.
Aprovecho para invitar a los participantes del blog (especialmente a los anónimos) a qué sean absolutamente respetuosos con las preferencias de los demás. Si bien es cierto que el sarcasmo y la crítica son estupendas forma de comunicación y expresión personal, cabe ser mesurado y sutil -más en medios tan inexpresivos como éste-.
No me he molestado demasiado en escuchar Tindersticks. Causa de ello es el aburrimiento que me causó el álbum del que habla el participante anónimo. En cuanto a los partidos de fútbol, en general los calificaría de la misma forma que el concierto de Pet Sho Boys. Bueno, siempre nos quedará Pulp...
En breve, tengo la intención de escribir sobre varias cosas pero se me hace cuesta arriba. Citaré algunas de ellas por si a alguien le interesan especialmente y así puedo priorizar: 1) La serie Queer as Folk, 2) El grupo argentino Miranda, 3) Mi Universidad (URL, FCC Blanquerna), 4) El barrio del Raval de Barcelona, 5) El existencialismo de Jean-Paul Sartre, 6) Mi estancia en Insotel Club Cala Mandía de Mallorca y 7) Cualidades artísticas de la Terremoto de Alcorcón (con asesoramiento de expertos en la materia). Hasta pronto.

martes, septiembre 05, 2006

Comentario


Veo que hay gente que tiene la gracia de participar en mi insulso e incipiente blog. Agradecería, no obstante, que si alguien hace un comment, tenga la bondad de identificarse; si no es usuario de blogger, firmando abajo. Digo esto puesto que ahora me siento intrigado: alguien menciona a Guille (Milkyway supongo), uno de mis grandes ídolos, sin que tal artista figure en el blog ¿Cómo sabes que me gusta Guille?
Respondo a la pregunta: Jarvis Cocker es el cantante del la banda británica Pulp (no se si todavía existe), que cosechó grandes éxitos en los 90, destacando en la escena denominada Brit-Pop. La persona a quién me refiero en el texto es mi "ex".
Aprovecho para decir que esta noche asisto al conciero de Pet Shop Boys en Barcelona. Trataré de publicar pronto un review. Aprovecho también para adjuntar una foto mía por si pongo cachondo/a a alguien.

viernes, septiembre 01, 2006

Match Point

Esta es una crítica que escribí para la universidad. Pensé que podia servir para algo más que para un 7. Se trata de la crítica de la última película de Woody Allen que se estrenó el pasado invierno en España.

A pesar de sus setenta años Woody Allen, con su última película, nos demuestra que todavía es capaz de despertar grandes pasiones, no sólo sutiles sonrisas. Y es que quizás Match Point es el único drama con cara y ojos del cineasta neoyorquino.
Nos sorprende ver como el clásico amante del jazz y de la ciudad de Nueva York se planta sin miedo en la alta sociedad londinense y consigue plasmar una estética tan joven, moderna y con una buena dosis de glamour. Sólo hay que ver a los dos protagonistas: Jonathan Rhys Meyers, un joven dispuesto a todo por ascender socialmente y Scarlett Johansson, la belleza y la pasión que descolocará al joven ejecutivo. El vestuario, las calles de Londres, la música (ópera), el impresionante apartamento con vistas al Támesis y al Big Ben... Todo en perfecta armonía para seducir a cualquiera.
Pero el filme, siendo de Allen no podía limitarse a una imponente exhibición estética, debía tener el trasfondo de cualquier maestro del séptimo arte. Así, el director de Delitos y faltas y Melinda y Melinda -por citar algunos coqueteos con el drama- consigue elaborar un guión exquisito. Sin ser una historia especialmente sofisticada, logra conmovernos, emocionarnos, tensionarnos al final. Y también nos hace plantear si la suerte existe o no, en qué medida es decisiva, cada uno sabrá.
Después de muchos intentos de rodar un buen drama (que parece que tenga que ser más meritorio que una buena comedia) Woody Allen lo logra y de qué manera. Una de sus películas más largas, excelentemente tramada y visualmente sublime. Ya sin duda, el autor de comedias psicoanalíticas ha logrado ponerse a la altura de sus admirados Ingmar Bergman, Billy Wilder, Federico Fellini… No es fruto de la casualidad.